Creo que el no querer que la historia se repita no bastó…
Mi pequeña camina sobre los pasos que tanto intente borrar, camina sobre mis huellas mientras yo la trato de levantar.
Quería que para ella las cosas fueran diferentes, que no tenga un papá de día de visita, alguien que se pierde los detalles y cosas importantes de su vida.
Supongo que no basta solo con desearlo.
Mirando nuestra realidad, hoy se refleja en pequeñas batallas libradas de tiempo en tiempo, pero pese a ello de completa felicidad.
No cambiaría nuestros momentos por nada de este mundo. Ella tiene un poder sobre mí que crece día a día.
La esperanza que me transmite su mirada, el toquecito de sus manos en mi cara acompañados de un tierno beso que me rebasa de amor, la alegría de sus risas y sonrisas, la inocencia en sus palabras, porque ella para mi es vida.
Por ella soy y me convertí en tantas cosas, ahora sé que por amor uno puede hacer y soportar más de lo imaginable, me rete a mí misma muchas veces, me superé, crezco y lo seguiré haciendo porque se lo debo.
Admito que si tengo un punto débil es ella… admito que así como despierta cosas hermosas también me vuelve egoísta, creo que su tiempo es lo que con más dolor comparto…
Me cuesta soltar su mano…
El resto… es superado.
Hiciste y dijiste muchas cosas, y entre ellas solo una que no pude negar y por la que tal vez hasta agradecido deberías estar, me llamaste mentirosa, y sí! Mentí y miento y gracias a eso hay una pequeña que piensa que eres mejor de lo que en realidad eres.
Solo espero que todo ello valga la pena, que no la defraudes, porque ella crece y se va dando cuenta de las cosas.
Ella merece felicidad.