Desde la más tierna infancia las mujeres esperamos con ansias la famosa llegada del mítico príncipe azul. Aquel joven apuesto y varonil que nos rescatará de las garras de la monotonía diaria y que tendrá la capacidad de convertirnos en las adorables princesas que siempre deseamos ser.
Ahi es donde la crianza moldeadora de falsas esperanzas hace su aparición invadiendo nuestras cabezas con historias, canciones, peliculas y lo que se pueda inventar de amor .
Relatos desde las pruebas por las que pasarón Penélope y Ulises en la Odisea, (distanciados circunstancialmente, durante 20 años por la guerra de Troya); hasta la más famosa por el peso de su historia Romeo y Julieta, (donde el amor prohibido, la angustia, el sufrimiento y la lucha destacan el sacrificio y el preferir morir esperando encontrarse en el mas alla que vivir el uno sin el otro), hacen del amor algo totalmente fantástico. Sin tomar en cuenta los innumerables cuentos de hadas donde el principe siempre tiene la solución para cualquier embrujo, adversidad o lo que sea.
Letras donde se promete el cielo y las estrellas, películas y novelas donde siempre hay un final feliz. van cavando algo irreal en nuestra sociedad...
Tenemos dosis diarias para crear el estereotipo del super heroe salvador! del príncipe azul!
Pero creer o no en él? esa es la cuestión... Personalmente me apego a que el concepto de principe depende de las características de la persona que lo señala como tal, no necesariamente un ser tan perfecto que es lógicamente fantasía, sino alguien que con sus defectos y virtudes sea nuestro perfect match.
Que estos moldes no nos dejen olvidar que en el "príncipe" no hay perfección porque incluso él antes de ser azul fue sapo y verde!
P.D. Boo! perfect match...the perfect combination!